Tras este "agudo deterioro de la demanda respecto al año pasado", el factor de ocupación de los vuelos ha descendido un 2,8%, situándose en el 72,8%, pese al recorte del 2% de la capacidad aérea. El director general de IATA, Giovanni Bisignani, asegura que "las alarmas están sonando en todas partes, la demanda de pasajeros está cayendo en todas las regiones". Las compañías aéreas más afectadas son las asiáticas, que registran una reducción de la demanda del 8,4%, aunque esta cifra es ligeramente mejor que la contracción del 9,7% del pasado mes de diciembre.
Las líneas aéreas norteamericanas presentan la segunda mayor caída, con una variación negativa del 6,2%, debida en gran parte a la reducción del tráfico transpacífico. En el mercado europeo, las aerolíneas han compensado el descenso del 5,7% de la demanda con un recorte de la oferta del 3,6%. En la Unión Europea se advierte un importante retroceso respecto al mes de diciembre acorde con la "profunda recesión de las economías de sus Estados miembros".
Las compañías aéreas latinoamericanas y africanas también experimentan descensos del 1,4% y 2,6%, respectivamente. Oriente Medio es la única región con crecimiento del tráfico aéreo, con un 3,1% más de pasajeros.
Sobre estos resultados, Bisignani explica que la caída de la demanda "es mucho más dañina que las últimas subidas del precio de combustible". "La industria aérea se está contrayendo con una reducción esperada de los ingresos de más de 27.300 millones de euros, hasta los 391.000 millones, lo que supondrá una pérdida cercana a los 2.000 millones de euros este año", añade el director general de IATA. Para reconducir esta situación, IATA reclama, esencialmente, que "no nos carguen de impuestos hasta matarnos con el fin de pagar las inversiones en el sistema bancario" y que "den a las aerolíneas las libertades comerciales que otros sectores tienen garantizadas".










