"Contar con un Hilton en Madrid se hacía necesario", asegura a este Diario el responsable del Hotel Hilton Madrid Airport, Charles Muller. Como explica, la cadena cuenta con un hotel en las principales capitales europeas y "la oportunidad de un establecimiento en Madrid nos apareció hace cuatro años, cuando iniciamos el proyecto". El hotel, que abre sus puertas el próximo mes de marzo, está situado entre el aeropuerto de Barajas y el recinto ferial IFEMA.
El objetivo del establecimiento es enfocar su estrategia hacia un mercado de negocios y reuniones que "cada vez crece con más fuerza en la capital", asegura Muller. De hecho, el hotel tiene una de sus dos torres destinada precisamente a la celebración de eventos. "Contamos con 15 salas y una capacidad de hasta 1.100 personas". "Un hotel dentro de un hotel", que se beneficiará de su "cercanía a los centros neurálgicos del segmento de negocios de la capital", explica el director general.
El directivo pronostica una ‘buena salud’ en el futuro del mercado hotelero en Madrid. Gracias al "aumento de conferencias y reuniones internacionales de alto nivel", asegura. No obstante, para periodos de caída en la demanda, como los meses estivales, el Hilton Airport tiene prevista la creación de ‘paquetes’ en los que la cultura de la ciudad sea el principal incentivo, como explica Muller. Al mismo tiempo, el establecimiento se beneficiará de su "alto nivel de fidelización de clientes" a nivel mundial, en los que el directivo observa un mercado con potencial para el propio establecimiento.
La tecnología, sin un empleado formado y motivado ‘no sirve de nada’
Junto a la preocupación por la fidelidad del cliente, la formación y preocupación por los empleados se configuran como las claves "del éxito de la empresa en sus más de ochenta años de historia", recuerda Muller. Según explica, "invertimos en el empleado porque cuanto mejor sea el servicio, mayor será la satisfacción del cliente y el beneficio para la compañía".
De hecho, aunque firme partidario de la aplicación de las nuevas tecnologías, el directivo asegura que no sólo se trata de personal que sepa manejar un mecanismo. "Se trata de que sepa hacerlo rápido y con la mayor amabilidad". Sin ese componente humano, al que la cadena dedica diversos programas de formación y fidelización, "la tecnología no sirve de nada", sostiene Muller.









