La preocupación que existe por el cambio climático no es solo medioambiental, sino también a nivel económico, ya que, algunas de sus consecuencias harán que varíen determinadas actividades acotadas a un determinado periodo del año, como es el caso del Turismo. En este sentido, nuestro país, a causa del alza de las temperaturas, percibirá un Turismo más desestacionalizado en las próximas décadas de este siglo, según un estudio de la Fundación Empresa y Clima (FEC).
De manera negativa, el fenómeno propiciará un incremento de la competencia de los destinos que ofrezcan ‘sol y playa’, el principal atractivo de España, puesto que el creciente calor en verano hará "menos confortable" la estancia y desplazará a turistas extranjeros hacia los países nórdicos. En el interior de la Península también se notará este aumento de la competencia, ya que según la directora de FEC, Elvira Carles, "la subida de las temperaturas en la costa mediterránea oriental provocará un flujo hacia el norte, a zonas como el litoral cantábrico y gallego".
No obstante, asegura que el Mediterráneo "no perderá a su cliente habitual", sino que éste se repartirá a lo largo de los demás meses alargando la temporada hasta los 10 meses anuales, puesto que, como subraya, los inviernos también serán "más suaves". Este aspecto derivado del cambio climático "debe verse como una oportunidad para superar la lacra de la estacionalidad, que limita la temporada turística tanto en la costa como en la montaña", concluye Carles.
Adaptar las infraestructuras turísticas
Por otro parte, los efectos del cambio climático también traerán fenómenos negativos que afectarán directamente a la oferta turística. El catedrático de Geografía Física de la Universitat de Barcelona (UB), Javier Martín Vide, advierte de las amenazas que deberá afrontar España como la pérdida de playas, la disminución de la diversidad y la reducción de los recursos hídricos.
La moderación del frío invernal y el descenso de las precipitaciones en un 10% hasta mediados de siglo, también tendrán consecuencias en el Turismo de montaña que, a pesar de que continuará registrando "buenas temporadas de nieve", según Martín, serán menores y, "las pistas de las cotas más bajas deberán trasladarse o reorientar su oferta". Esta nueva situación obligará a los empresarios del sector que quieran continuar con su negocio a adaptarse, según afirma la directora de FEC. Además, subraya que "hay una creciente concienciación de este sector empresarial y algunos ya han empezado a hacer esfuerzos por iniciar un proceso de cambio".
Se trata, según el catedrático, de "adaptar las infraestructuras turísticas y de que cada empresario inicie un proceso de mitigación y adaptación" a este cambio mediante construcciones sostenibles, un mayor aprovechamiento de los recursos y generalizar el uso de las energías renovables, entre otras medidas. "Hemos de ser conscientes de que estamos condenados, al menos en las próximas décadas, a vivir en un país más cálido", explica Martín.









