Hace más de una década que está pendiente la redacción de un código de conducta que autorregule la relación comercial de hoteles y agencias. Para los agentes, es esencial que el hotel reconozca que el cliente de la agencia es de ella, renunciando a captarlo en directo. Las reivindicaciones de los hoteleros tienen más que ver con una excesiva cuantía de la comisión y los plazos y modo de cobro, entre otras cuestiones. Sea como fuere, no estamos ante casus belli. Se trata de intereses comprensibles, que merecen ser tratados mediante el diálogo y la empatía.

