Según un estudio de Kenjo, mientras que en 2020 y en 2021, el 25% de las vacaciones se pidieron para los meses de junio y agosto, en 2022 esta cifra ha bajado cuatro puntos. Por el contrario, las vacaciones disfrutadas en marzo y mayo de este año han crecido un 34% con respecto al período anterior.
Los españoles se han acostumbrado a evitar aglomeraciones
Detrás de este cambio de tendencias podría estar la propia pandemia. Los españoles se han acostumbrado a evitar aglomeraciones y, por eso, prefieren repartir sus vacaciones a lo largo de todo el año. La subida generalizada de precios es otra de las razones - en mayo, la inflación ascendió al 8,7%. Los salarios no siguen el mismo ritmo y los españoles prefieren alejar sus vacaciones de los períodos tradicionalmente más caros.
Escasa planificación
Otra de las detectadas que revela el estudio de Kenjo es la poca planificación a la hora de elegir las vacaciones. Es cierto que, del total de solicitudes hechas en 2022, el 70% se registraron antes de abril –un 13% más que el mismo período del año pasado-, pero teniendo en cuenta que las vacaciones se han adelantado, en muchos casos las previsiones son cortas. Esto afecta tanto a la empresa como a los trabajadores, ya que la primera ve dificultada su organización y los segundos no pueden aprovechar las ofertas 24 horas de vuelos y alojamientos. De media, las compañías tardan más de cinco días laborables en aprobar las vacaciones de los empleados.