Los tratamientos que ofrece el Programa están indicados para los problemas de los mayores
Estas demandas también se acentuaron durante la Noche Q del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), organización que también preside Mirones. En ella pidió un mayor esfuerzo para su reanudación, avisando que perder el gran número de pernoctaciones y la aportación que realiza el Programa a los miles de trabajadores implicados y a las comarcas donde se sitúan los establecimientos es algo “que no nos podemos permitir perder porque el Sector lo necesita de verdad".
En este sentido, el líder de sendos grupos alega que el Programa está destinado a personas mayores de 65 años, que para el mes de junio estarán en su totalidad vacunadas según los planes del Gobierno. Por lo tanto, indica que no tiene lógica que, por problemas administrativos y burocráticos, no se puedan aprovechar de un Programa con beneficios terapéuticos. A este respecto, ha destacado que durante la pandemia los mayores han experimentado de manera especial trastornos psicológicos y, en muchos casos, neuromusculares y los tratamientos que ofrece el Programa de Termalismo están especialmente indicados para esos problemas y para ayudar a la recuperación de los mayores españoles.
El programa de Turismo social sigue en el aire
Esta incertidumbre sobre la fecha de vuelta se sigue viviendo también en la vuelta del programa de viajes del Instituto de Mayores. Las últimas noticias de las que disponemos son las últimas declaraciones del Imserso, que señalaba que "por el momento no podemos concretar la fecha de inicio". Así, aunque aseguran que "estamos trabajando en el restablecimiento de los viajes del Programa de Turismo y de Termalismo Social", aún no fijan un mes para que se inicie la comercialización de los mismos, debido a la dependencia de la evolución sanitaria.
Mientras tanto, las semanas van pasando y el Sector sigue languideciendo sin poder realizar ningún tipo de planificación en este sentido. Como publicó NEXOTUR, no hay tiempo que perder, y para que todo fuese según lo previsto, en un periodo de alrededor de cuatro meses tendría que haber unos nuevos pliegos consensuados, una convocatoria y unas empresas adjudicatarias. Estas gestiones tradicionalmente han llevado un tiempo considerable, que puede alargarse aún más si alguna de las empresas impugna algún aspecto, tal y como ocurrió en el pasado año 2019.