¿Qué balance hace del II Congreso Iberoamericano de Hotelería y cuáles fueron, a su juicio, las conclusiones más importantes?
Entre las conclusiones que podemos destacar, la primera de ellas es que ‘la unión hace la fuerza’. El nuestro es un sector hiperregulado en todas partes y a través de estos encuentros intercambiamos información que nos permite advertir el rigor de los distintos sistemas de regulación. En todas partes se habla de promover con incentivos el desarrollo de la Hotelería. Lo que nos dicen nuestros colegas es que los organismos reguladores son cada día más rigurosos y que los organismos recaudadores son cada vez más ambiciosos. De ahí que la unión de las asociaciones hoteleras nos permita compartir argumentos y fortalecer nuestro posicionamiento.
¿En qué iniciativas está trabajando hoy en día la FADEHI?
Actualmente estamos trabajando en una estrategia común para defendernos de las organizaciones que recaudan derechos de autor. Esta contribución obligatoria que nos cobran no sólo resulta un despropósito, sino que constituye una grave amenaza por la multiplicación de quienes se creen con derecho a reclamar derechos de autor. Hay un abanico cada vez más amplio de sociedades dedicadas al cobro de estos derechos que dicen que les corresponden. Además, estamos trabajando contra la competencia desleal de los apartamentos que se alquilan temporalmente a los turistas. Hay otros temas como la seguridad del pasajero, la responsabilidad del hotelero o las relaciones con las líneas aéreas que están dentro de nuestra agenda. Por último, hemos iniciado un ejercicio de benchmarking para intercambiar información sobre la estructura y operación de cada una de las asociaciones empresariales de hoteleros.
¿Cuáles considera que son los problemas más importantes a los que se enfrenta la FADEHI en materia de Hotelería y Turismo?
La Federación tiene que ser una herramienta eficaz que permita fortalecer el lobby de los empresarios hoteleros en cada país. Cuando hablamos de lobby hablamos de capacidad de persuasión, capacidad de comunicar nuestros mensajes, asumir la representación que nos corresponde y hacer valer nuestros derechos. El desafío de la FADEHI es reconvertir la posición de un empresariado que por lo general sólo tiene obligaciones, promoviendo la defensa de sus derechos y posicionando al sector en el lugar que le corresponde.
¿Y cuáles las ventajas que deben explotar los países miembros?
Hasta hoy los países miembros de nuestra Federación mantienen una actitud pasiva. Salvo Venezuela, México, Colombia, Chile, Argentina y Costa Rica, no estamos recibiendo la respuesta proactiva que necesitamos. Pero hay que destacar también que la FADEHI apenas cuenta con un año de vida y que su desarrollo está condicionado por la falta de recursos.
¿Qué nivel de colaboración hay con España y qué cree que puede aportar nuestro país al sector hotelero iberoamericano?
Tenemos una excelente comunicación con nuestros amigos de la Confederación Española. Ellos tienen mucho que aportarnos ya que España es una de las 5 potencias más fuertes en el sector hotelero. Creemos que la FADEHI es una herramienta idónea para contribuir a preservar los intereses de las cadenas hoteleras españolas en los países iberoamericanos y creemos también que España puede trasmitirnos toda la tecnología y el know how de su Sector. Estamos seguros de que a partir de nuestro próximo encuentro en Madrid, que será el prólogo de la XII Conferencia Iberoamericana de Ministros y Empresarios de Turismo, nuestros colegas españoles van a asumir un mayor protagonismo en la gestión de la FADEHI.
¿Se están notando los efectos de la crisis económica en el Turismo?
Resulta apresurado todavía opinar sobre los efectos de esta crisis, si bien ya resulta evidente que todos los destinos se van a ver afectados. Nos preocupa la caída de los ahorros de los baby boomers y de los jubilados europeos y japoneses. La Hotelería de las playas del Atlántico y del Pacífico y nuestros grandes tesoros turísticos del continente van a sufrir una merma sensible de visitantes extranjeros. Pero lo que más nos preocupa es que esta crisis no parece ser pasajera. Más bien, todo lo contrario.
Desde hace algún tiempo se está generalizando la opinión de que los proyectos hoteleros deben contribuir también al desarrollo local de la población, ¿en qué medida esto es así en Iberoamérica?
Casi todos nuestros países son subdesarrollados y la infraestructura hotelera constituye una herramienta inmejorable para el ‘derrame de riqueza’. Derrame que se materializa en la generación de puestos de trabajo, cadenas de proveedores, servicios complementarios al turista, etc.








