La secretaria del Consejo Ejecutivo y coordinadora del área de Gobierno, Pilar Costa, ha informado de que el acuerdo busca establecer "los términos y las condiciones de colaboración entre el Consell y el Ayuntamiento de Santa Eulalia para desarrollar actividades dentro del Sector". Asimismo, dicha acción pretende "posicionar a Ibiza como destino turístico en el Mercado de Reuniones en los ámbitos nacional e internacional", ha insistido Costa.
"Es voluntad del Consell lograr la desestacionalización del turismo de Ibiza mediante herramientas y productos tradicionales, deportivos, culturales y de ocio susceptibles de conseguir promocionar el conjunto de la isla en sus vertientes más diversificadas", ha continuado la representante del Gobierno.
Esta acción se enmarca dentro del programa que la Institución balear lleva desarrollando desde comienzos de año. Dentro de éste destaca la construcción del Palacio de Congresos de Santa Eulalia. El presupuesto con el que cuenta el proyecto del futuro recinto es de 36 millones de euros, de los que el Consell debe hacer frente a una parte.
Aprovechar la morfología de la parcela
Según la planificación, el palacio se divide en dos utilizando la morfología de la parcela: el espacio rectangular y cartesiano es ocupado en su totalidad por el Palacio de Congresos y el Auditorio para ubicar más libremente correspondiente a esta segunda etapa y, por otra parte, introducido entre los árboles y las curvas de nivel, el Centro Cultural, que corresponde a la fase ya terminada.
En cuanto al futuro edificio, desde el vestíbulo se produce un acceso al espacio único de la sala. Este gran salón esta planteado como un lugar transformable de acuerdo al uso: desde una gran Sala de Congresos-Auditorio para 1.243 butacas que, con una primera división, se trasforma en una sala para teatro, danza y congresos de 840 butacas y otra de conciertos y congresos de 403 butacas. Un conjunto de telones móviles permitirán separar los graderíos del corredor y diferenciar salas de diferentes tamaños mediante una voluntad ‘teatral’ de incorporar un elemento significativo los telares al conjunto arquitectónico, tratando de dividir lo permanente de lo móvil.









