Entre las prioridades fijadas para la reunión de Liubliana, que continuará en Washington, destacan la posibilidad de operar más vuelos, más oportunidades de inversión, más transporte financiado con fondos públicos y el acuerdo de unas medidas medioambientales conjuntas. Esta liberalización, también afectaría al control de las aerolíneas, ya que permitiría, en caso de ser aprobada, que las compañías europeas comprasen aerolíneas estadounidenses.
A juicio de la Comisión Europea, la aprobación de la segunda fase del acuerdo ‘cielos abiertos’ permitiría "normalizar la aviación transatlántica", repartiéndose entre la Unión Europea y EE UU más de 1.000 millones de pasajeros al año. Esta cifra representaría el 50% del tráfico aéreo a nivel mundial.









