Pese a la incuestionable importancia de la empresa familiar, es oportuno constatar que la mayoría de los jóvenes empresarios de las agencias de viajes —no así en hoteleros o transportistas— no son hijos de agentes. Es muy difícil que las agencias lleguen a la tercera generación, en línea con la problemática que afecta al conjunto de la empresa familiar española. Aunque también hay que destacar sus fortalezas, ya que las pymes familiares, al no estar apalancadas, ni depender tanto de la financiación externa, tienen una gran ventaja sobre el resto de las empresas.

