La crisis económica ha supuesto un antes y un después en el Sector de agencias de viajes. Por un lado, la inestabilidad laboral, la incertidumbre económica, la reducción de ingresos de las familias y los acontecimientos violentos en determinados destinos "se han convertido en una importante carga negativa que está marcando el comportamiento del Turismo Emisor", según el presidente de AEDAVE, José Manuel Maciñeiras.
Ligada a esta debilidad del consumo está la caída drástica de la rentabilidad. Para Maciñeiras "el negocio de las agencias de viajes depende de unos márgenes que están fuera de su control y en permanente disminución, mientras que los gastos generales suben". Por ello, considera que la "única forma de alcanzar resultados de explotación positivos pasa por una política de ventas realista, la utilización de las nuevas tecnologías y una buena relación con los proveedores".
Sin embargo, este último aspecto parece muy complicado de alcanzar, ya que "la crisis está influyendo de forma significativa en el deterioro y en la modificación de las relaciones de las agencias con los proveedores, especialmente con los más poderosos", explica. A su juicio "es un fenómeno curioso, ya que lo realmente efectivo sería lo contrario, mejorar las relaciones comerciales para hacer frente a la crisis".
Reestructuración necesaria
A pesar de la incidencia negativa de todos estos factores, Maciñeiras asegura que "existen perspectivas de una leve mejoría" y destaca que las agencias de viajes "son totalmente insustituibles". Aunque reconoce que los avances tecnológicos han cambiado el rol del agente, subraya que "esto no quita valor a la figura de este profesional, muy al contrario, su presencia como conocedor del producto se hace aún más necesario".
No obstante, esto no ha evitado que en los últimos años hayan cerrado miles de agencias de viajes. "Era una reestructuración necesaria, no cabe duda", señala el presidente de la Asociación, quien considera que "la mayoría de las grandes redes habían crecido de manera desproporcionada y las pequeñas habían nacido sin rigor, en muchos casos sin conocimiento". Esto ha provocado que la crisis "haya obligado a unos a reorganizarse y a otros a cambiar de actividad", concluye.










