Así, sin tener en cuenta el establecimiento gallego en la facturación de un año no Xacobeo como fue 2011, la firma hotelera ha aumentado su volumen de negocio en torno al 2%, a la espera del cierre de los resultados definitivos, previstos para el próximo Consejo de Administración del 23 de febrero, donde se estrenará su nuevo presidente.
En este sentido, Abella ha asegurado que no tiene "ni idea" de quién podría ocupar el cargo de la presidencia de la cadena, cuyo nombramiento se prevé para la semana que viene, y a quien le corresponderá decidir, entre otras cuestiones, si continúa con el Plan Estratégico 2009-2012 de la hotelera o si es conveniente realizar algunas reformas a éste. Sobre la posibilidad de la entrada de capital privado, eludió pronunciarse.
"Es lógico que se cambien algunos aspectos del plan, especialmente en el tema de las inversiones, ya que es imposible que se cumplan algunos de los objetivos propuestos con la coyuntura económica actual", ha admitido Abella, quien, en cambio, ha subrayado que otras metas en el ámbito de los mercados internacionales, el segmento ‘online’, el de clientela joven, o el de titulares de ‘amigos de Paradores’ sí se han cumplido e "incluso antes de lo previsto".
Para 2012, las perspectivas que maneja el directivo son "optimistas", teniendo en cuenta que el número de reservas en enero ha sido "superior" que en el año anterior, "gracias a que sigue creciendo el mercado internacional y a que se empieza a notar cierta recuperación en los viajes de empresas", que se han incrementado, según sus últimos datos, en torno a un 30% con respecto al primer mes de 2010.
Una privatización ‘dificilmente viable’
Por otro lado, fuentes del sector referidas por Europa Press, han afirmado que la decisión de privatizar la gestión de la empresa pública es "difícilmente viable" y que, en todo caso, será una "principal responsabilidad" para el futuro presidente de Paradores.
Según esta misma fuente, la única posibilidad de que el Estado pudiera obtener beneficio en la cadena pública sería dando entrada en el capital de la sociedad a una empresa privada "que no fuera un operador turístico", ya que una gestión 100% privada "tampoco sería posible", por la dificultad de lidiar con los 4.400 trabajadores de la empresa, que cuentan de media con 30 años de antigüedad.









