"Este es un gran problema para Japón si pretende incrementar la entrada de turistas en nueve millones durante este año, centrándose, sobre todo, en el segmento de reuniones", explica. En relación a las tasas aeroportuarias, la instalación japonesa de Kansai aparece como la más cara del mundo y la de Narita, también en Japón, ocupa la sexta posición, mientras que el aeropuerto de Corea está en el puesto 33. "A pesar de que cerca de 1,4 millones de viajeros hacen conexiones en Narita cada año, alrededor de 500.000 utiliza el aeropuerto de Incheon (Seúl) como punto de tránsito, un ejemplo del impacto negativo de las altas tasas y del negocio que pierde Japón", compara Tyler.
Pese a ello, Japón ocupa el tercer puesto a nivel mundial, acaparando el 5,5% del tráfico general y el 11% de los ingresos globales que genera esta actividad. "Japón es el claro ejemplo de la importancia de la aviación porque ejerce un papel catalizador para el crecimiento de este país a través de las conexiones que genera con el resto de mercados, aunque podría ser una fuerza mucho más poderosa", concluye.










