Hoy en día ya no se trata de si un hotel quiere tener presencia online o no. La tiene, y punto. De hecho, "hacer oídos sordos" a lo que se dice de un establecimiento en Internet es muho peor que hacer frente a las valoraciones que no gustan e intentar controlar la reputación online. Un pequeño detalle que no agrade a un cliente puede ser suficiente para motivarle a entrar en un foro, blog o red social y "arremeter" contra el buen nombre de un establecimiento, llegando incluso a ponerlo en la cuerda floja, tal como recuerda la consultora Identidad Legítima. Como es cada vez más habitual que los usuarios recurran a este tipo de opiniones antes de hacer una reserva, se recomienda un seguimiento exhaustivo, o incluso contratar un servicio de defensa de la reputación.

