La diversidad de la alta cocina bretona estará recogida en diferentes platos. En enero, confit de cordero, puré de apio y sémola de trigo sarraceno; y pastel cremoso de vieiras, setas de cardo y champiñones. En febrero, solomillo de gallina de Guinea, espelta con arándanos, pera rustida y jugo de ave con limón y miel; y bacalao con algas y mimosa de puerros con vinagreta de limón y albahaca. Y en marzo, ternera con crema de anchoas, caracolas de pasta, zanahorias y setas; y solomillo de pollo cocinado con trigo sarraceno, espárragos, apio y calabaza.











