Desde las ya desaparecidas, como empresas del Grupo Marsans y la quebrada Orizonia (que continúa figurando como un socio en activo), hasta Globalia y Barceló que han sido las últimas en irse, dejando al menguante lobby sin apenas redes comerciales, tras la pérdida de Halcón Viajes Ecuador, Vibo (antes Viajes Iberia) o Barceló.
Más dramática aún es la salida de los líderes de la turoperación, como Iberojet, Travelplán, Pullmantur, Turavia, Viva Tours o Solplán, … que ha dejado sin mayoristas al lobby.
La última diáspora la protagonizan grandes hoteleros, como el líder (Meliá), que ha pedido la baja en Exceltur, a la que podrían seguir otras importantes cadenas españolas (con efecto el 1 de enero), si bien continúan hoteleros de prestigio como Amancio López, presidente de Eurostars, o las cadenas de Joan Gaspart (Husa) y Abel Matutes (Fiesta), presidentes del Consejo de Turismo de CEOE y la Mesa del Turismo, de los que sí forma parte el líder del Sector, Juan José Hidalgo, presidente de Globalia Corporación.
Especialmente chocantes son los abandonos de Barceló y de Meliá, ya que tanto los jóvenes herederos Simón P. Barceló como Sebastián Escarrer fueron los impulsores del proyecto Exceltur, habiendo sido ambos presidentes. Marchas sonadas a causa de los enfrentamientos con el gerente José Luis Zoreda (autoproclamado vicepresidente ejecutivo), cuyo abultado sueldo ha consumido buena parte de la millonaria cuota de sus asociados.
Sin los grandes como Globalia, Orizonia o Barceló ni líderes de sectores como la hotelería o el rent-a-car, como Meliá o Europcar, ni grandes turoperadores o redes minoristas, ya no cabe hablar de lobby de los grandes. Y más aún cuando incluso Iberia o NH estudian sus próximas salidas.
El declive de un Exceltur que pasa de lobby a gato, coincide paradójicamente con un Gobierno del PP, que con el apoyo de Rodrigo Rato apoyó su creación, y en pleno auge de los grupos mallorquines que lo impulsaron.
A la pérdida de ingresos por cuotas a causa de la progresiva deserción de los grandes, se suma el fin de las generosas subvenciones recibidas durante años de los Gobiernos de Baleares, Canarias o la Comunidad Valenciana, entre otras, para pagar estudios de mercado manifiestamente mejorables.
Aunque la mayor paradoja es que el gerente Zoreda (que lo tuvo todo para ser el gran lobbista del Sector), ha logrado ser exactamente lo contrario: uno de los profesionales peor valorados entre los propios empresarios, al que rehuyen la mayoría de los políticos, hastiados de su prepotencia e incontinente locuacidad, propia del mediocre consultor que nunca dejó de ser. Y que haya convertido Exceltur en un cortijo que le permite alimentar su ego y mantener su abultado sueldo.
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