Las crisis engendran oportunidades. Este mantra de las Escuelas de Negocios parece repetirse tras la bancarrota de American Airlines (AA) (y la incertidumbre económica del Reino Unido que pende sobre British Airways), en contraste con la actual estabilidad de Iberia. AA ha dado un paso atrás, para poder dar un fuerte impulso hacia adelante a esta compañía. Un salto que, de incluir la fusión con IAG, supondría la «consolidación» de Iberia en uno de los megacarriers previstos por la industria aérea. Por circunstancias exógenas, el hecho es que el nuevo socio pesa menos y, en el grupo fusionado, Iberia mantiene su peso frente a British.


