El objetivo de la aplicación es que los alojamientos turísticos y los restaurantes "mejoren de forma integral su nivel de accesibilidad, permitiendo configurar una oferta turística que asegure la calidad para toda la población, al tiempo que aumente la satisfacción y fidelización de los clientes", según el coordinador de Turismo y Ocio del Insitituto, Javier Ferrís.
En cuanto a su funcionamiento, después de cumplimentar "sencillos test", la herramienta analiza la accesibilidad en las diferentes zonas del establecimiento y genera un informe de recomendaciones de mejora, considerando el marco legal y la normativa aplicable.
En opinión de Ferris, "una oferta turística que haya tenido en cuenta a los clientes con más dificultades resultará un producto mejor para todas las personas, abriendo nuevas oportunidades de negocio para el sector y contribuyendo a aumentar su competitividad y diferenciación". Hay que recordar que sólo en la Unión Europea viven cerca de 50 millones de personas con alguna discapacidad permanente, además de quienes presentan algún problema transitorio de movilidad o comunicación.
Enfocado también a los mayores
Además de a las personas con algún tipo de discapadidad, la aplicación valenciana también puede mejorar las estancias de las personas mayores. Estos colectivos suponen un elevado número de turistas potenciales que demandan y aprecian la calidad y la facilidad de uso en los establecimientos turísticos, como recuerda Ferrís.
La aplicación del IBV ha contado con la colaboración del Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y con el apoyo de la Consejería de Turismo de la Generalitat Valenciana y de la Unión Europea, a través de los Fondos Feder.










