En la actualidad este hotel de cuatro estrellas dispone de 127 habitaciones, restaurante y bar, seis salas de conferencia y 13 plazas de aparcamiento. El plan de los nuevos propietarios pasa por desarrollar una estrategia de reposicionamiento para ofrecer a sus huéspedes «una experiencia inolvidable en un establecimiento en pleno centro de la capital».
El histórico establecimiento, reinaugurado en enero de 2014, destaca por su ubicación cerca de la calle Gran Vía, la calle Alcalá y la Plaza de las Cortes, por lo que está cerca de los principales puntos turísticos de Madrid y de su zona financiera.
Gran atractivo inversor
Según el director de JLL Hotels & Hospitality Group, Luis Arsuaga, «esta operación es un ejemplo más del fuerte atractivo inversor que despierta Madrid a nivel hotelero y de cómo con un proceso de venta ordenado se pueden conseguir precios de venta inimaginables años atrás».











