El enoturismo se disfruta en grupo, ya sea con organización profesional o independiente a la vista de que sólo un 5% de los turistas viajan solos. La composición de los grupos de turistas del vino se corresponden principalmente con el grupo ‘Familias‘ con un 57% (con hijos 32% y sin hijos 25%), seguido por ‘Amigos/Compañeros de trabajo‘ (24%), lo que apunta al enoturismo como una actividad atractiva para viajes o eventos de empresa. Estos datos se han sacado del primer informe del Observatorio Turístico del Club de Producto Rutas del Vino de España. La primera iniciativa de ámbito nacional en la que se estudia con rigurosidad la oferta y demanda del turismo del vino.
Viajes individuales más que viajes organizados
El colectivo que se identifica como enmarcado en grupo representa sólo el 14% del total, e incluye sobre todo viajes organizados que se desplazan en autocar, y los viajes individuales ocupan un 86% del total. Sin duda, ésta es una de las características de la actividad del enoturismo en España, donde el peso de los intermediarios especializados dispone de una cuota de mercado bastante escasa, aunque con diferencias entre las diversas Rutas. Respecto al tamaño del grupo, se puede apreciar claramente que predominan grupos pequeños, lo cual tiene sentido teniendo en cuenta que más de la mitad corresponde a familias, con o sin hijos. El número de personas por grupo es en su mayoría de tres a cuatro, con un 32% del total, y un 23% corresponde a parejas. El análisis, muestra sin duda que el enoturismo es una actividad desarrollada sobre todo para el Turismo doméstico, obteniendo así un 82% de los visitantes de origen nacional. La proyección internacional de los espacios del enoturismo es incipiente y el 18% de este Turismo extranjero se sitúa especialmente en mercados geográficos tradicionales para el destino español como es el alemán en primer lugar (aproximadamente un 20%), seguido del Reino Unido, Benelux y el mercado estadounidense (aproximadamente un 15%).
El análisis de los usuarios de enoturismo por Comunidades autónomas, muestra también una cierta correlación entre la ubicación de las principales Rutas del Vino analizadas y los mercados geográficos emisores, que parecen marcar una tendencia de consumo de proximidad. Si el turista va a su propio territorio, vemos que Cataluña es la Comunidad autónoma con una mayor presencia. Por municipios, es Madrid el que mayor número de turistas del vino aporta, seguido de Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Sevilla, Valladolid o Valencia.
En relación a la valoración de los servicios ofrecidos a los visitantes, se observa que el conjunto de los servicios tiene una valoración muy elevada, con un 54% de los encuestados que puntuan con un cinco sobre cinco los servicios disfrutados. Por otro lado, cuatro de cada 10 encuestados han estado previamente en otro destino enoturístico. Se puede afirmar que determinados servicios suponen las principales partidas de gasto de la estancia en destino, y las de más de 1.000 euros tan solo son posibles, de acuerdo con las respuestas de los visitantes, en alojamiento y restaurantes y en muy pocos casos. La misma situación se encuentran entre 600 y 1.000 euros, aunque lógicamente con un número de respuestas superior. Entre 300 y 600 euros al alojamiento y los restaurantes se une una partida indeterminada de otros. Entre 100 y 300 euros, es más importante es la de restauración la más importantes junto con la de alojamiento, pero aparecen gastos significativos en compras de vino. Como colofón, la estancia media del enoturista en España supera ligeramente las tres noches (3,1) y tiene un gasto total de 364,4 euros.









