Esta declaración de quiebra podría ser el paso decisivo para que el consorcio formado por empresarios italianos comience el plan de reflote de la aerolínea, que atraviesa una grave crisis económica. Una vez dado este paso, Alitalia se dividirá en dos partes, la ‘buena’, que contará con los aviones y el resto de activos todavía rentables, y la ‘mala’, que será la que asumirá los despidos previstos.
Con esta actuación se pretende frenar la caída en picado de la compañía de bandera italiana. La deuda de la aerolínea ha ascendido, según los últimos datos publicados, hasta los 1.172 millones de euros, un 5,1% más que la registrada el mes anterior. Asimismo, la liquidez se ha reducido a 314 millones de euros, un 16% inferior respecto a junio.










