Por su parte, el director jefe del Programa de Leishmaniasis de la Fundación DNDi, Jorge Alvar, la leishmaniasis, «la enfermedad de la pobreza», se puede presentar de dos formas diferentes, «una forma visceral que mata sin tratamiento y una forma cutánea que deja lesiones que perduran, cicatrices que llevan al estigma de la población». Esta patología se da en los segmentos más desfavorecidos de los 98 países que son endémicos en el mundo, entre los que se encuentra España, «donde la endemicidad es muy baja», estando aceptada desde el punto socio-sanitario.










