El grupo turístico destinará los beneficios de esta venta a reducir su deuda, que al cierre de su último ejercicio fiscal superaba los 975 millones de euros. Según explica su consejera delegada, Harriet Green, esta operación supone un nuevo paso en la transformación de Thomas Cook y les permitirá "centrarnos en nuestros segmentos principales y en lograr un crecimiento". La directiva considera que "la combinación de la cartera de productos" de ambas divisiones y de Red Label Vacations "constituyen una propuesta atractiva para los clientes".











