En su escrito enviado al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Barcelona, al que ha tenido acceso Europa Press, Ryanair añade que la práctica habitual de entregar las tarjetas de embarque por parte de las demás compañías aéreas es una "conducta de otros tiempos" que provoca "colas y agobios" en los aeropuertos. Además, afirma que "cuesta creer" que las personas que disponen de medios informáticos "no encuentren una impresora".
La low cost irlandesa considera que el cobro de 40 euros no es un coste "desorbitado ni desproporcionado" en relación al precio del billete y que tiene un "carácter disuasorio" con el que han conseguido que el 99% de sus pasajeros facturen en su casa. Así, defiende que esta cláusula no supone un abuso ni un desequilibrio entre las partes, y que está avalada por el artículo 1.152 del Código Civil, que permite establecer cláusulas penales para reforzar el cumplimiento contractual, y por la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios. La compañía aérea considera que el artículo 3.1 del Convenio de Montreal de 1999, al que se acoge la sentencia, obliga a las aerolíneas a "expedir" las tarjetas de embarque, "un término que no implica necesariamente imprimir un documento".









