Roma ha aprobado esta semana una tasa a los clientes de la mayoría de los establecimientos de la ciudad que se aplicará a partir de 2011. Hace pocos meses una iniciativa similar se rechazó en Barcelona -con la oposición de la mayoría de los hoteleros- pero lo cierto es que la capital italiana puede ser la primera de una lista de ciudades que opten por este impuesto a los turistas. El Ayuntamiento italiano recaudará una gran cantidad de dinero que podrá ser bien o mal invertido pero no puede dejar de considerarse como excesivo que el cliente tenga que pagar una tasa adicional además de abonar la factura correspondiente por su estancia. Por mucha crisis que haya, no se puede hacer pagar por todo al turista.

