El consejo de administración de Orizonia, tras el frenazo y marcha a atrás en su rechazo a la oferta de compra, ha dado un mes y medio de plazo para que Barceló llegue a un acuerdo con los bancos acreedores, que pasa por que éstos acepten una quita monumental. Un acuerdo que, en caso de llegar a culminarse, salvaría a Orizonia, manteniendo buena parte de los puestos de trabajo y soslayando el riesgo de impago de deudas a muchas empresas turísticas, por lo que el preacuerdo ha sido lógicamente bien recibido por el conjunto del Sector Turístico español.


