El previsible triunfo electoral del Partido Popular generará previsiblemente una mayor confianza, pero no es descartable que el efecto Rajoy se vea atemperado precisamente por los daños colaterales de las duras medidas de ajuste que reclama la ciudadanía. Así, el ya menguado consumo de viajes y vacaciones se verá afectado negativamente por el recorte de gastos en Administraciones autonómicas y municipales, que incluirá numerosos cierres de empresas públicas, incluyendo el despido de miles de empleados públicos no funcionarios. Reactivar el consumo debiera ser objetivo prioritario del nuevo Gobierno, aunque ello sea incompatible con nuevas medidas de ajuste.


