El descenso de las peticiones de siete noches ha tenido como consecuencia un incremento en la demanda de estancias más cortas de tres y cuatro días pero también a viajes menos tradicionales de seis y ocho noches.
El banco de camas británico señala que este cambio de hábitos se debe a la crisis pero también al hecho de que los clientes buscan ofertas más flexibles, especialmente debido a la influencia de las aerol&iacu








