Los consumidores son conscientes de que los precios de las vacaciones son este verano excepcionales, al igual que los de los coches, los pisos o tantos otros bienes. Pero también tienen claro los clientes que si esta temporada los precios son tan bajos es a causa, precisamente, de que su poder adquisitivo y la capacidad de compra del consumidor han caído, y que esto no siempre será así. Por tanto, el axioma de que una vez que se han tirado los precios ya no hay marcha atrás, no es irrevocable.


