La primera obra que nos encontramos en este recorrido dando la bienvenida a los huéspedes es ‘SuperEgo’ de Samuel Salcedo, “una obra que revela la condición ilusoria, enmascarada, a veces grotesca e irrisoria y aun así digna del ser humano actual, del ciudadano moderno o posmoderno. Una lectura personal que produce un efecto espejo al desvelarnos a nosotros mismos”. También en la entrada nos encontramos con Downstairs de E1000, una intervención “capaz de descolocar al visitante de sus coordenadas reales y situarle entrando en otro mundo”, explican desde Nyx Madrid.
En el fondo de la sala nos encontramos con la instalación de Ana Beltrá, ‘Busco un Bosque Donde Perderme’, “un oasis donde disfrutar de plantas naturales y artificiales que forman un muro de contención natural, dique o barrera a cualquier disturbio en perjuicio de nuestro disfrute interior e introspectivo”. En el hall se encuentran los dos componentes de la Nyx Signature Art: la Israeli ArtWall, dos lienzos de los jóvenes artistas israelíes Shir Moran and Shiri Tarko; y las Nyx Artwork Chairs, dos piezas artísticas en forma de silla creadas por el artista vigués Nano4814.
Arte urbano, videoarte y una atención dedicada hacia los artistas emergentes, entre los rasgos principales del concepto artístico de Nyx
Por las escaleras se encuentran las ‘Casas de Pájaro’, del artista español Ampparito; un conjunto de casetas “trasformadas a las necesidades diferentes de sus moradores que se presenta como un canto a la individualidad de cada circunstancia personal”. Subiendo al primer piso, se halla el espacio expositivo presentado por Urvanity y la galería madrileña Swinton & Grant, donde cíclicamente se podrán descubrir las obras de algunos de los principales artistas de la escena local. La primera exposición está dedicada al artista E1000.
Ya en el patio de luces, Doa Oa “está presente con sus intervenciones ‘Reforestando’ y ‘Sambucus Nigra’: hojas, flores y frutos en constante crecimiento y movimiento”. Como prólogo de la terraza y piscina, la artista Julieta XLF “conecta mar y aire a través de sus trazos que unen palomas y sirenas, plumas y escamas”. Arriba, en lo alto, se encuentran los diseños de Lula Goce y Add Fuel “como metáforas de lo extraordinario y la sorpresa”, comenta la cadena hotelera.
Al final del recorrido, una piscina bañada por el diseño del artista Sergio Mora, “convierte el espacio en mágico, donde tras los ondulantes movimientos acuáticos se distingue un cielo estrellado que une la oscuridad del cosmos con los misterios del fondo oceánico”, concluyen desde la submarca de Leonardo Hotels.