Las aerolíneas
ven con especial preocupación el incremento de huelgas de controladores aéreos que se están produciendo en Europa y advierten de "la
situación caótica que podría generarse de cara el verano" en caso de que persistan los paros. Para la
Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA), todo podría agravarse aún más si los controladores de Barcelona deciden ir a la huelga en julio, como amenazan.
Madrid, Cataluña y Baleares son las Comunidades más afectadas por las huelgas
El lobby español, que representa a nueve compañías aéreas (entre ellas Iberia y Air Europa), lamenta que los paros convocados por los trabajadores del Centro de Control de Marsella, que se han repetido el último fin de semana, han causado "un grave perjuicio en el tráfico aéreo en España, con especial incidencia en Madrid, Cataluña y Baleares". Además, avisa que están previstas nuevas convocatorias en los próximos días.
En lo que va de año se han contabilizado 26 días de huelgas de este colectivo en diferentes países, lo que ha provocado la cancelación de más de 5.000 vuelos, afectando a millones de pasajeros. ACETA denuncia que "sus efectos están siendo devastadores para los viajeros, la actividad turística y la economía en Europa, así como, por supuesto, para las compañías aéreas". Además, afirma que "la situación se está agravando", con incrementos de tres dígitos del número de vuelos con retrasos, según datos de Eurocontrol.
Pide a Bruselas que adopte medidas con carácter urgente
"Desde ACETA
respetamos el derecho fundamental a la huelga que tiene todo ciudadano, pero se debe garantizar también el derecho fundamental a la libertad de circulación", por lo que "se hace necesario
encontrar un equilibrio", subraya. Para ello, solicita a la Unión Europea que adopte medidas que "garanticen la continuidad de los servicios de control y navegación aérea en Europa, y que avancen en la modernización del espacio aéreo para así ganar en eficiencia".
Entre ellas, sugiere ampliar el periodo mínimo de notificación de seguimiento de huelga en el control aéreo,
estableciéndose un mínimo de preaviso de 21 días. También demanda a las autoridades europeas que habiliten procedimientos de arbitraje que minimicen la conflictividad laboral y contribuyan a reducir posibles convocatorias de huelgas en el control del espacio aéreo. Por último, defiende que se garantice el sobrevuelo en aquellos países donde los controladores aéreos cesen su actividad, así como avanzar en la en la liberalización de los centros de control, acelerar la consecución del Cielo Único Europeo y la disminución de centros de control en Europa.