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La Mesa achaca la turismofobia a la ‘falta de planes de ordenación turística’

martes 19 de junio de 2018, 07:00h
El director del estudio, Manuel Figuerola.
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El director del estudio, Manuel Figuerola.
La Mesa del Turismo y la Universidad Nebrija abogan por reglamentar y ordenar el crecimiento del Turismo en España para atajar los efectos adversos (sociales, ambientales y culturales) que la elevada afluencia de visitantes ha comenzado a provocar en determinadas zonas del país. En un estudio conjunto, ambas entidades reconocen que la masificación de los destinos "puede desencadenar conductas críticas y actitudes hostiles de la población local", lo que suele suceder cuando "los ciudadanos interpretan que sus derechos como tales se ven menospreciados en aras del interés económico de atraer a un número de turistas siempre creciente". "Si, además, la percepción es que el beneficio que deriva del Turismo no tiene una distribución social adecuada, la reacción de rechazo se agrava", advierten.
‘En España no sobran turistas, pero sí falta ordenación del Turismo’


Según el estudio, el rechazo al Turismo tiene más que ver con situaciones como la imposición de incrementos en los precios y tarifas de bienes y servicios que, directa o indirectamente, terminan por repercutir en los residentes. En especial, hace referencia a los precios de los alojamientos y los alquileres de las viviendas, así como la posibilidad de ruptura en los modelos de comportamiento y convivencia local. "En España no sobran turistas, pero sí falta ordenación del Turismo", afirma al respecto el director del Grupo de Investigación de Turismo de la Universidad Nebrija, Manuel Figuerola, en respuesta a quienes opinan que es necesario poner un techo al crecimiento turístico.

Comparativa entre París y Barcelona

Como ejemplo, se hace una comparativa entre París y Barcelona, utilizando datos recogidos en el Global Destination Cities Index 2016 de Mastercard Wordwide. La capital gala, cuya densidad poblacional próxima a los 21.000 habitantes por kilómetro cuadrado, recibe 18 millones de turistas extranjeros al año sin que se manifiesten críticas o movimientos insolidarios en contra del Turismo. En contraposición, en la ciudad condal es visible el rechazo de los vecinos de algunos barrios a pesar de que solo recibe 8,2 millones de viajeros internacionales, siendo su densidad de población de 16.000 habitantes por kilómetro cuadrado.

En el estudio se argumenta que las actitudes contrarias y protestas en Barcelona "podrían tener que ver más bien con una corriente alentada desde niveles sociales de mayor nivel de renta y orientaciones políticas sesgadas que sostendrían la hipótesis de que el verdadero desarrollo económico y social solo es posible con altas tasas de expansión en los sectores industriales y no en el Turismo". Como conclusión, Figuerola remarca que "los problemas de rechazo al crecimiento del Turismo se deben a la falta de planes adecuados de ordenación turística más que a la llegada intensiva de turistas.