Palma adopta una medida pionera para
minimizar el impacto del boom del alquiler de viviendas turísticas. A partir del próximo mes de julio, el Ayuntamiento
prohibirá el alquiler de pisos o apartamentos en toda la ciudad, permitiendo únicamente el arrendamiento turístico de viviendas unifamiliares, siempre y cuando no estén situadas en suelo rústico protegido, en el entorno del aeropuerto o en áreas de uso no residencial.
‘Queremos eliminar el impacto que el alquiler turístico tiene para los residentes’
Con esta medida pionera, que será aprobada en el próximo pleno, el equipo de gobierno busca "racionalizar los efectos del Turismo", explica el alcalde, Antoni Noguera. Según argumenta, "Palma debe ser una ciudad habitable, ya que lo peor que puede pasar es que los habitantes tengan que partir". En esta línea, defiende que "somos una ciudad decidida y valiente que se basa en el interés general y donde el equilibrio es clave".
La oferta de pisos turísticos no reglados aumentó un 50% en dos años
En términos similares se expresa el concejal de Modelo de Ciudad, Urbanismo y Vivienda Digna, José Hila, quien asegura que la medida adoptada tiene por objetivo
"priorizar el acceso a la vivienda de los residentes". "Queremos eliminar el impacto que el alquiler turístico tiene en el alquiler para los residentes, ámbito en el que como Ayuntamiento tenemos competencia", agrega.
El equipo de gobierno, formado por PSOE, Més y Podem, toma esta decisión tras comprobar que la oferta de viviendas turísticas se ha disparado en los últimos años. En concreto, el número de pisos turísticos no reglados ha aumentado un 50% entre 2015 y 2017,
hasta alcanzar las 20.000 unidades. Asimismo, en el 48% de los alquileres vacaciones no se da ninguna posibilidad de optar al alquiler residencial.