Poco a poco hemos ido escalando posiciones para, en la actualidad, congratularnos de tener un peso específico en la industria, aunque no hay que ser autocomplacientes, ya que queda mucho camino por recorrer.
Evidentemente, aún estamos lejos de la realidad utópica de sectores como el tecnológico o el financiero, donde la mujer está mucho más presente en el entorno directivo.
Algunas cifras de la economía española ponen de manifiesto, no obstante, que, en el Sector del Turismo, la paridad entre hombres y mujeres es más destacada cuanto más alto es el puesto y más responsabilidades requiere, pero carecemos aún, de un representativo número de mujeres directivas (sólo un 5% en presidencias). Bien distinta es la realidad, si atendemos al número de cargos públicos en Turismo o si nos fijamos en el mundo académico, donde sin duda, salimos ganando. En definitiva, en línea, con la situación general en España, donde todavía hay un 22% de empresas que no cuentan con mujeres en altos cargos. Por otra parte, la brecha salarial sigue siendo alta (14,9%) y, además, solo un 12% de las mujeres dirigen startups.
Acabando, me gustaría desear que, si hay lectores que han posado su atención en estas líneas, pedirles que no sean cómplices y, que en este 2018, consigamos una sociedad más justa y un entorno profesional con idénticas "reglas de juego", que rompan definitivamente, los robustos, aunque a veces invisibles, techos de cristal. En conclusión, que no tengamos que esperar otros 170 años para lograr la igualdad, que no tengamos que denunciar abusos con hashtags que se conviertan en trending topic y finalmente, que pronto esos dos millones de casi 3,5 millones de parados dejen de ser mujeres.