Las instalaciones de redes inalámbricas se han realizado hace más de siete años de media, lo que da lugar a un servicio deficiente
Las instalaciones inalámbricas de acceso a Internet actuales han sido instaladas hace una media de siete a 10 años, por lo que el servicio suele ser lento y con numerosos fallos, han explicado desde Cad&Lan. Además, la empresa tecnológica ha determinado siete puntos débiles respecto a la red inalámbrica en los que las compañías hoteleras deberían prestar mayor atención.
El Product Manager de Comunicaciones y Sistemas de Cad&Lan, Juan José Alonso, ha afirmado que se pueden realizar simulaciones “con un 98% de precisión gracias a un análisis radioeléctrico para obtener la percepción que podrá tener el cliente del servicio WiFi, sin olvidar que una red inalámbrica de calidad también contribuye a la seguridad de los datos, aspecto fundamental en la tecnología actual”.
Los fallos
En primer lugar, los hoteles no suelen tener cobertura ni ancho de banda para admitir servicios de voz o vídeo bajo demanda que precisan de calidad de servicio en tiempo real; tampoco evitan las zonas sin cobertura por estar mal dimensionada; además, los puntos de acceso (AP) de los pasillos de hoteles transmiten a través de las paredes, por lo que ofrecen señales débiles en las habitaciones si no está bien definida su cobertura.
En muchos establecimientos se ha observado que no disponen de tecnología Wawe 2 Mu-Mimo (usuario múltiple con entrada múltiple y salida múltiple), que permite llegar a velocidades cercanas a los 2 Mbps y reduce un 35% el consumo de las baterías de los dispositivos móviles; también se suelen usar puntos de acceso autónomos que pueden brindar señales inalámbricas inadecuadas produciendo ruido y bajando el rendimiento, y para los que son necesarios controladores de emisión WiFi.
Por otro lado, la inseguridad, los cibercriminales cuentan con muchas oportunidades para robar datos personales, espiar y esparcir algún software malicioso por la red WiFi, por lo que los hoteles son ideales para estos ataques y por ello es necesaria una protección con un Sistema de Prevención de Intrusiones Inalámbricas (WIPS); y, por último, muchos establecimientos no cumplen con la nueva ley europea de protección de datos GPDR (General Data Protection Regulation) que busca garantizar la privacidad de todos los ciudadanos de la UE en sus actividades online.