Según los principales observatorios de tendencias (Nielsen, Mintel, etc.), la aparición de un consumidor hiper-conectado, hiper-informado y protagonista de su salud, está llevando a amplios sectores de la población a identificar los productos bajos en sal, en azúcar y en grasas saturadas con algo positivo. Paralelamente, una parte de los consumidores está optando por reducir el consumo de proteínas animales para contribuir a la sostenibilidad del planeta.
Los encuestados consideran que los hoteles deberían elaborar menús más saludables
“Los consumidores están hambrientos de alimentos que no expandan sus cinturas y contribuyan a mejorar su bienestar. Ignorar este hecho es como perder oportunidades de negocio”, señala Martina Miserachs, fundadora de Healthia Certification, un sello internacional de alimentación saludable dirigido al sector hotelero.
Según diversas investigaciones, los encuestados consideran que los hoteles podrían elaborar menús más saludables añadiendo más verduras frescas, más fruta, más platos bajos en calorías, más medias raciones, más bebidas lights, más comidas bajas en grasa y más opciones vegetarianas. “El sector hotelero tiene ante sí el reto de dar respuesta a las nuevas demandas de los huéspedes. El hecho de que proliferen los restaurantes de comida vegetariana y los locales de comida sana, debería llevar a la reflexión: si los clientes no encuentran el tipo de comida que desean en el hotel donde se alojan, la buscarán en otros establecimientos cercanos”, advierte Miserachs.
En España
También en España algunos hoteles comienzan a ofrecer más comida saludable para atraer a nuevos comensales y conseguir mejores resultados. Así, según un estudio realizado entre octubre de 2015 y diciembre de 2016 por el Observatorio de Healthia Certification en un hotel certificado de Barcelona de cuatro estrellas y sobre más de 9.000 menús, la facturación de su restaurante creció un 10% tras ofrecer explícitamente comida saludable, asegura Healthia.
En total, sobre una oferta del 34% de platos saludables, los clientes del hotel objeto del estudio eligieron el 41% de los platos servidos identificados como saludables. En concreto, fue en los platos principales (o segundos platos) donde hubo una mejor acogida: pese a representar únicamente el 35% del total de la carta, los clientes eligieron en un 51% las propuestas más sanas tras incorporarse a la carta. A modo de curiosidad, incluso en los meses de invierno, dónde el cuidado de la dieta no es tan evidente, los clientes continuaron eligiendo opciones saludables en un 45% de los casos, pese a que solamente tres de cada diez platos estaban bendecidos por esta etiqueta.