Danosa denuncia que España está a la cola del confort acústico
De acuerdo a la normativa, los niveles admisibles de ruido en una habitación de hotel son de 30 decibelios (dBA) en horario nocturno y 40 decibelios (dBA) en horario diurno, el equivalente a un murmullo o una conversación de biblioteca, respectivamente. Aunque en la mayoría de casos estos principios se ven alterados por ruidos molestos, cuya procedencia puede ser aérea, –desde el sonido del tráfico que se cuela por la ventana a una conversación intramuros-; de impacto, como las pisadas o arrastres de mobiliario; o estructural, es el caso del ruido que procede de las vibraciones del metro.
Y parte de este problema tiene su origen en la propia normativa. El parque hotelero, que en su mayoría es anterior al nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) de 2013, no cumple con las mínimas garantías de aislamiento acústico. Una circunstancia que se agrava a sabiendas de que el CTE ya establece unos requerimientos mínimos de aislamiento acústico a todas luces insuficiente y que sitúan a España a la cola de Europa en confort acústico. Otro dato importante, más aún si se valora que nuestro país es el segundo más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, según la OMS.