Precisamente, cuando se pretende reactivar un canon muerto y extenderlo al resto de países de la Unión Europea, de espaldas a la realidad, contra las empresas innovadoras y la población, uno de los grupos supuestamente impulsores de la medida (y teóricamente más beneficiados por ella) ha manifestado con claridad su radical oposición.
En su editorial del 24 de marzo, el diario El País llamaba a la «concordia digital» y se manifestaba contra el canon AEDE, pidiendo «cooperación» y no «confrontación» entre empresas tecnológicas y medios de comunicación. Explícito al afirmar que «se equivocan sin embargo quienes quieren hacer de esos derechos un bastión desde el que imponer una tasa obligatoria e irrenunciable.»
Eliminar el canon AEDE de la LPI y renunciar a imponerlo en toda la Unión Europea, es la única salida razonable para poder avanzar en una gestión adecuada de los derechos de autor, sin penalizar la innovación ni a quienes la ponen en marcha.