La exigencia a los agentes para que actuasen como corredores de seguros, incluía requisitos tan inconcebibles como formalizar millonarios seguros de responsabilidad civil, además de un nivel de formación (y de responsabilidad jurídica) que, en la práctica, dejaba al Sector fuera de la comercialización de seguros de viaje para sus clientes.
Las consecuencias para los consumidores no eran baladíes, ya que complicaba el acceso a unos seguros que hoy, salvo en los viajes combinados, venden de forma automática los transportistas en sus web. De hecho, para las compañías aéreas la venta de seguros supone un capítulo muy rentable.
Pero lo peor es que tales exigencias amenazaban con privar a los agentes de uno de los productos más rentables que se ofrecen al cliente. Y es que la venta de seguros de viajes, cuyo potencial de crecimiento es todavía notable, es sin duda una de las que más margen aporta al Sector.
Despejado el horizonte, es el momento de que agentes y aseguradores apuesten por impulsar la agencia para la venta de seguros, ya sean de viajes o de otras ramas de seguros, tanto o más rentables.