Implica el uso de inteligencia artificial y en lo que respecta a los viajes permite no solo entender, sino predecir el comportamiento del consumidor. Los algoritmos avanzados identifican la ubicación del consumidor, dónde se encuentra dentro del proceso de compra, y qué mensajes publicitarios le ayudarían a avanzar. Esto asegura que estamos sirviendo ofertas de vacaciones a aquéllos que realmente compran, con lo que estamos situándonos por delante de la competencia.
Es probable que las pistas sobre la intención de compra nos las den sus viajes anteriores o su forma de interactuar con posts de redes sociales sobre los destinos de vacaciones que han elegido sus amigos. El marketing predictivo nos ayuda a averiguarlo. Con la proliferación de canales y puntos de influencia, el viaje del consumidor nunca volverá a ser un proceso lineal. Su próximo cliente podría estar en cualquier lugar de Internet. Y este es el momento del año en el que una gran oferta puede influir en la toma de decisiones de sus vacaciones. Ninguna empresa de viajes quiere perder esa oportunidad. Seguro que la suya tampoco.