Barcelona-El Prat
ha crecido a pasos agigantados desde el cambio de siglo, lo que le ha permitido recortar distancias respecto al aeropuerto de referencia de España: Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Mientras que en el último año del siglo XX las instalaciones de la Ciudad Condal
recibieron 13 millones menos de pasajeros (32,8 millones por 19,8 millones), en 2015 la diferencia ha sido tan solo de siete millones (46,8 millones por 39,7 millones).
La marca Barcelona ‘sigue teniendo un gran poder de atracción’
Y es que en el periodo comprendido entre 2000 y 2015, únicamente en cinco ejercicios (2004, 2007, 2008, 2009 y 2015) Barajas ha evolucionado de manera más positiva que El Prat, que se ha beneficiado especialmente del crecimiento exponencial del modelo low cost. Además, en los ocho primeros meses de 2016 también experimenta un crecimiento más intenso, habiendo contabilizado un 11,3% más de viajeros que en el mismo periodo de 2015, frente al aumento del 7,8% de Barajas.
Preguntada por esta cuestión, la directora de El Prat, Sonia Corrochano, explica que "no se trata tanto de reducir distancias entre aeropuertos sino de ver la capacidad que generan las ciudades para atraer más visitantes". "Los aeropuertos son un elemento al servicio del territorio y la actividad económica, turística o de ocio es quién realmente marca el interés de las compañías aéreas por volar a las ciudades", argumenta, al tiempo que incide en que "la marca Barcelona en este sentido sigue teniendo un gran poder de atracción".
¿Dónde está el techo del aeropuerto?
Según revela en una entrevista concedida a NEXOTUR, "con la construcción de la T1 y su entrada en servicio en el año 2009, El Prat tiene capacidad para 55 millones de pasajeros entre ambas terminales". Es decir, está preparado para recibir 15 millones de viajeros adicionales si se toma como base la cifra de casi 40 millones que alcanzó en 2015.
En referencia al modelo
low cost, que con el paso de los años se ha ido apoderando del aeropuerto de la Ciudad Condal —
acapara a día de hoy cerca del 70% de los movimientos internacionales—, Corrochano apunta que "las compañías aéreas han ido adaptando sus servicios a las demandas del mercado". "En ese sentido, el modelo de ‘bajo coste’ es atractivo para los consumidores y, por lo tanto, lo importante es la generación de oferta para que los ciudadanos se puedan desplazar a precios razonables y atractivos", sostiene. Además, hace hincapié en que "existen aerolíneas que, aunque puedan ser consideradas de ‘bajo coste’,
ofrecen servicios de más calidad en función de diferentes tarifas".
El avance de las ‘low cost’ no provoca una reducción del poder adquisitivo del turista
Para la máxima responsable de El Prat, el crecimiento protagonizado por esta modalidad aérea
no ha supuesto una merma del gasto turístico efectuado por los viajeros que llegan a la ciudad. "El hecho de tener aerolíneas de ‘bajo coste’ no implica que el turista que nos visita sea un público con bajo poder adquisitivo", aclara. Es más, asegura que "mucha gente viaja en compañías aéreas con este perfil y, sin embargo, su gasto más importante lo realiza en otros servicios de la ciudad (hoteles, restaurantes, etc.)".
Finalmente, preguntada por el reciente anuncio de Norwegian, que
se convertirá a partir de junio en la primera low cost en operar vuelos transatlánticos desde El Prat —Los Ángeles, San Francisco (Oakland), Nueva York (Newark) y Miami (Fort Lauderdale)—, Corrochano reconoce que "su apuesta por Barcelona
es una buena noticia y, en ese sentido, estamos preparados para atender las demandas de todas las compañías que quieran establecerse en nuestro aeropuerto". Como publicó NEXOTUR, la intención de Norwegian es operar un total de
325.000 plazas intercontinentales durante el primer año completo en su base de largo radio en El Prat.