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NEXOTUR | OPINIÓN EDITORIAL

La libertad de viajar, en peligro

lunes 25 de julio de 2016, 07:00h
La libertad de viajar, en peligro
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Aumentan las trabas al Turismo. El incremento de las medidas de seguridad, a raíz de los atentados del ISIS contra objetivos turísticos, se ha unido al cuestionamiento de flujos migratorios por razones bélicas, con motivo de la crisis de los refugiados, y por cuestiones políticas, como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y su repercusión en el gran mercado emisor británico.
Empezando por el final, el Brexit preocupa y mucho al Sector. Y es que, además de ser el mayor mercado emisor de turistas hacia España, junto con el alemán, se estima en 300.000 el número de residentes británicos en España de edades avanzadas, que dejarían de percibir las prestaciones de salud a que tenían derecho como ciudadanos de la Unión Europea. "La libertad de viajar que hemos logrado en las últimas décadas", afirma el presidente de la Asociación Alemana de Agencias de Viajes (DRV), "no se puede poner en peligro", al considerar que ningún otro sector se verá tan afectado por el Brexit como el Turismo.

La alarma de los agentes alemanes, en línea con la posición adoptada por el transporte aéreo europeo, contrastan con las declaraciones del presidente de CEAV, que tras lanzar un mensaje "positivo y de tranquilidad", considera que "no deberíamos sacar conclusiones de lo que podría pasar".
Los objetivos de los terroristas en Europa son el Turismo y el transporte

Pero si los efectos del Brexit podrían ser muy relevantes en lo económico, tanto en el aspecto receptivo como en su condición de destino del emisor español, más preocupantes aún son las medidas de control en el tránsito de personas, que podrían derivarse de la compleja lucha antiterrorista.

A las férreas medidas de seguridad impuestas por Estados Unidos tras el 11S, que tanto han complicado los desplazamientos y en especial los trámites en todos los aeropuertos del mundo, podrían añadirse medidas tan o más duras, por parte de una Unión Europea, que se declara sumida en una nueva guerra.

Máxime cuando los objetivos de los terroristas en Europa son el Turismo y el transporte, como lo demuestran los atentados en Francia contra la capital de la Costa Azul, destino emblemático del ‘sol y playa’, o uno de los numerosos locales de ocio nocturno en París.

Constando que los gravísimos atentados del 11M (en la Estación de Atocha) en Madrid o del 11S (contra las Torres Gemelas) en Nueva York, tuvieron como objetivos dos de los modos de transporte más utilizados en el mundo por el Turismo, como son el tren y el avión.

Sin olvidar los atentados contra hoteles en Tunez y Egipto o el aeropuerto de Estambul, que ha contribuido a desestabilizar un gran destino como Turquía, contribuyendo a justificar un golpe de estado en la frontera exterior de Europa, ante la diáspora de los refugiados.

España arrastra la mala conciencia de ser beneficiaria de la desgracia ajena, como destino refugio, pero el Sector Turístico sabe muy bien que la inestabilidad que prolifera en Europa y el Mediterráneo traerá obstáculos al desarrollo del Turismo. Y que la inseguridad, sumada a la incertidumbre económica, podría provocar que muchos turistas se queden (o nos quedemos) en casa.

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