El evento, organizado en España por MPI Spain, reunió a más de 600 profesionales en Barcelona, Burgos, Gijón, Girona, Granada, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia y Valladolid. Desde la asociación destacan el éxito de la iniciativa, agradeciendo el apoyo y colaboración del resto de las asociaciones del Sector que ayudaron a la difusión de la jornada y a los diferentes destinos donde se realizó el evento.
Durante la jornada, que siguió el mismo programa en todos los destinos, además de servir como un encuentro de networking, se destacó el peso y la contribución económica que tiene el Sector MICE en cada país. Así, se dieron algunas cifras del impacto económico de esta industria en países como Estados Unidos, donde los eventos se encuentran en el Top 5 de ingresos, por encima de la industria de automoción, con 280.000 millones de dólares generados directamente; Reino Unido, donde los ingresos por reuniones y eventos superan a los que produce la agricultura; o Londres, donde el 30% de los visitantes internacionales que llegan a la ciudad proceden del Sector MICE.
Tendencias en el Sector MICE
También se ofrecieron algunas tendencias que ya están presentes en el Sector MICE o que llegarán en los próximos años. Por ejemplo, se destacó que hay una creciente demanda de transformar los apartados de la reunión en
una oportunidad de vivir experiencias frente al creciente peso y endurecimiento de los códigos que tienden a minimizar todo aquello que no lleve la etiqueta de científico o profesional.
Asimismo, existe una creciente
incorporación de las tecnologías y su impacto en las reuniones, con el posible riesgo de excluir a un todavía importante número de participantes que no nacieron y vivieron con ellas; también se ve una creciente demanda por
nuevos formatos y la necesidad de asumir y aplicar el
meeting design; y por último, hay un convencimiento de que cada vez es más fácil aplicar una política transparente de precios que genere confianza en el cliente, la clave para ello es
la profesionalidad y el control, por parte de los proveedores, de sus canales de comercialización utilizando —y exigiendo de ellos— la necesaria y consensuada ética profesional.