La imagen de marca de las empresas se ha convertido en todo un valor que las compañías se empeñan en potenciar al máximo a través de los eventos, en los cuales las entidades son capaces de mostrar sus ámbitos de actividad y su capacidad. Ante este hecho, desde ReInspira (Red Iberoamericana para la Sustentabilidad en Eventos), se ha hecho hincapié en un nuevo factor clave para las empresas: la responsabilidad social corporativa (RSC).
La RSC "consigue aumentar el valor de cualquier tipo de evento, reformando la imagen de marca del cliente", según ha afirmado el director de Ephymera Sostenibilidad, coordinador de certificaciones de Eventsost y socio fundador de ReInspira, Alberto Gómez, en un webinar de ReInspira sobre ‘Diseño y producción de eventos de RSC’. Por lo tanto, esta se convierte en una herramienta que se debe cuidar y aprovechar, utilizándola para "llegar donde no llega el Estado" teniendo especial cuidado en identificar "los problemas de impactos".
Aunque Gómez ha identificado tres grandes grupos de acciones de RSC (acción social, de medio ambiente y de educación e infancia), ha asegurado que "si queremos eventos de RSC de alto impacto, hemos de considerar la sostenibilidad como elemento prioritario".
¿Que aporta la RSC?
Además de atraer a potenciales clientes y fidelizar a los antiguos, mejora la reputación de la empresa, incentiva la creación de nuevos productos/servicios y su comercialización, genera impacto en la sociedad y en el medio ambiente, genera contenidos, fomenta el branding sostenbile y mejora la eficiencia de las operaciones de la empresa. También ayuda a reforzar el sentimiento de pertenencia de los empleados a una marca y, en definitiva, capacita a la organización para desarrollar y poner en marcha eventos sostenibles y socialmente más responsables.
La RSC mejora la reputación de la empresa e incentiva nuevas actividades
Cada organizador de eventos debe "saber adaptar las acciones de RSC a cada cliente",según ha indicado Gómez, todos los organizadores están de acuerdo en que la personalización de las acciones debe coincidir siempre con la actividad habitual de la empresa, con el fin de facilitar la implicación de los empleados en el evento.