Según un estudio realizado por la Sheffield Hallam University, la Ryder Cup ha generado a posteriori un impacto económico de 145 millones de euros, convirtiendo a Escocia "en el centro de atención mundial" para los miles de aficionados al golf. Además, durante la semana de competición se contabilizaron 133.104 pernoctaciones, mientras que cerca de 11.000 asistentes extendieron su estancia, lo que supuso unas 58.000 pernoctaciones adicionales.
El estudio también revela que el 68% de los espectadores tiene intención de volver a Escocia en un periodo de un año. Para el ministro de Deporte, Jamie Hepburn, la Ryder Cup "ha cimentado la reputación de Escocia como la cuna del golf y el escenario perfecto para la organización de grandes eventos".