En España, encontramos el hotel Mil Estrellas, en Girona, donde las habitaciones son burbujas situadas en plena naturaleza y bautizadas con el nombre de las estrellas más brillantes. En el país vecino, si queremos descubrir el cosmos y los cielos portugueses el hotel L’And Vineyards es una opción. Se encuentra en Alentejo, una de las áreas con menor contaminación lumínica de Europa así que el emplazamiento único de las suites Sky View del hotel se convierte en un lugar excepcional para disfrutar del paisaje nocturno.
El objetivo del hotel italiano Zash es conseguir que sus huéspedes queden atrapados por la paz, los olores y los sonidos únicos del campo. Las suites están incrustadas por completo en el entorno verde que acoge al hotel gracias a los enormes ventanales. Al otro lado del Atlántico, en el complejo Elqui Domos, en el místico Valle del Elqui, Chile, se puede observar el cielo en toda su inmensidad desde una de sus 11 exclusivas habitaciones en plena naturaleza. El hotel ofrece alojamientos en forma de domo, estructuras geodésicas de metal cubiertas por una carpa plegable, y cabañas de madera con ventanales en el techo.
Las suites del hotel Las Ventanas al Paraíso, en la Península de Baja California, fluyen armónicamente con la naturaleza. Durante el día, se puede disfrutar del sol y de una panorámica de 180º del mar de Cortés desde las terrazas del ático. El hotel The Hermitage está ubicado en una de las ciudades con los cielos más oscuros de Nueva Zelanda y de todo mundo.
El Hotel Amangiri, que significa “montaña tranquila”, se encuentra en la lengua de los navajos locales y hace justicia a su nombre. Está ubicado en un valle protegido que ocupa 244 hectáreas de desierto al sureste de Estados Unidos. Completamente alejado de la civilización y la contaminación lumínica.