Nos encontramos ante una nueva manera de comunicar: los anuncios buscan generar engagement con los consumidores y si eso le supone a la marca pagar el precio de ponerse a la cola, se hace. Y todo por gustar, enamorar, o hacer reír. Por obtener en definitiva muchos visionados o “likes”.
“La idea era darle una vuelta a los vídeos corporativos de hoteles y pensamos que encajaba perfectamente con la marca Pulitzer, que en todo momento asumió su papel secundario al servicio del guión y del entretenimiento. El resultado es una historia con sentido del humor y un toque sexy, que sucede en el marco de un hotel al que a cualquiera le gustaría estar si visita Barcelona” explica Ernest Desumbila, director del corto.