El grupo de la familia Hidalgo ha visto pasar los cadáveres de sus competidores (desde Marsans hasta Orizonia), consolidándose como líder indiscutible del Empresariado turístico. Frente a jugadores de ventaja y especuladores financieros, Hidalgo ha demostrado eficiencia y solvencia, a base de trabajo duro y seriedad. En contra de quienes lo tildaban de heterodoxo, Hidalgo ha construido el grupo más estructurado, eficaz y ortodoxo del Turismo español.
En un país donde la envidia y la maledicencia campan a sus anchas, con la bendición de quienes entienden la competencia como una rémora a eliminar y el apoyo mediático de quienes confunden la información con la difamación (o el chantaje puro y duro), Juan José Hidalgo y Globalia cabalgan remedando al Quijote al preguntar: "¿Ladran...? ¡Cabalgamos!".
Si un empresario hecho a sí mismo, como Juan José Hidalgo y su familia, hubiera nacido en Estados Unidos, sería portada cada año de la revista Time y los demás grandes medios financieros... Pero en España, ya se sabe, el triunfo es algo que los mezquinos y envidiosos no perdonan. Pero que la mayoría de españoles de buena fe reconoce y aprecia.