El edificio en el que se ubica ha sido completamente remodelado a partir del ecléctico almacén conocido popularmente como la bolsa do pescado, que data de los años 30. La construcción original fue edificada por el arquitecto Januario Godinho y hoy se transforma en un singular hotel bajo la dirección de la cadena. El proyecto forma parte del compromiso de la compañía por recuperar en ciudades europeas edificios arquitectónicos que han caído en desuso para dotarlos de vida y volver a integrarlos en la ciudad.
El establecimiento, de cuatro estrellas, conserva prácticamente intacta la estructura del edificio inicial, antigua lonja de pescado, en cuya fachada destacan los bajorrelieves, que evocan a la vida de los pescadores locales de la ciudad. El arquitecto José Carlos Cruz y la constructora Lucios, firman el proyecto de conversión y mantienen la importancia que tenía la conservación de la construcción inicial por su valor histórico para la ciudad.
El proyecto, con el que se han creado 46 puestos de trabajo, ha supuesto según Carlos Calero, director general de Vincci Hoteles, "un gran reto para la cadena hotelera al reconvertir un espacio de uso civil y comercial en un hotel, que se ha superado con creces y que, ahora, esperamos que disfruten todos aquellos que también se hayan encandilado como nosotros de los atractivos de la ciudad".
El hotel dispone de 95 habitaciones con conexión wifi gratuita y garaje privado. Destaca un salón principal especial para eventos y convenciones y su bar lounge.