Frente a la eficacia (cada vez menor) de los lobbies españoles, la importancia de la Unión Europea es, sin duda, creciente. El último ejemplo es el logro conseguido por HOTREC, el lobby hotelero europeo del que es vicepresidente Joan Gaspart (CEOE) y del que también forma parte activa Ramón Estalella (CEHAT), que ha logrado que un alto tribunal alemán respalde la decisión del Servicio de Competencia germano en una cuestión de capital importancia: la paridad de precios de los hoteles, que había impuesto al Sector Hotelero un oligopolio formado por tan solo tres portales hoteleros extranjeros, que controlan el 90% del volumen de reservas de los hoteles españoles.
En Bruselas están depositadas las esperanzas de que el Gobierno español (tan temeroso ante la pérdida de votos que le supone regular iniciativas de Internet) asuma su responsabilidad y reclame al llamado "consumo colaborativo" lo mismo que reclama al resto de las actividades turísticas: desde una regulación equivalente o el respeto a los derechos de los consumidores y usuarios, hasta la profesionalización (derechos laborales incluidos) pasando por el pago de impuestos, que se exige a las empresas turísticas.
La importancia de Bruselas también ha quedado de manifiesto en la eficacia de ECTAA, el lobby europeo de los agentes de viajes (del que es vicepresidenta la española Eva Blasco), que ha impedido que la venta de seguros quedara al margen de nuestras agencias.
Y es que no es tanto lo que puede "lograrse" en Bruselas, como lo que puede "impedirse". Porque no se trata solo de impulsar aquella legislación que interesa al Sector, sino de contrarrestar las acciones lobbistas de proveedores, como ha sido tradicionalmente el caso de IATA (poderoso lobby de las compañías aéreas), que se ha impuesto en la Comisión Europea, incluso por encima de los intereses de los consumidores... y de las agencias.
Aunque los éxitos de estos lobbies europeos, como ECTAA u HOTREC, los capitalizan las Organizaciones empresariales españolas que los financian (como son CEAV y CEHAT), al igual que en el ámbito nacional ocurre con el Consejo de Turismo de la CEOE, corremos el riesgo de no valorar en su justa medida la gran importancia que para nuestra actividad, aquí en España, tiene lo que nuestros lobbies hacen en Bruselas.
El Asociacionismo empresarial es esencial también a la hora de impulsar una actividad lobbista en la Comisión Europea, de la que dependemos mucho más de lo que la mayoría de nuestros empresarios imaginan. El Sector Turístico ha de apoyar al máximo sus representantes en Bruselas... por la cuenta que nos tiene.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.